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Propuestas basadas en la expresión corporal y la dramatización
El Loco; el teatro y la dignidad de las personas


Información general sobre las propuestas de este apartado sobre expresión corporal y dramatización.
Descripción
A partir de la representación de un fragmento de la obra El Loco, de Alberto Manzi, adquirir conciencia de que la convivencia comporta conflictos, y que estos se pueden resolver de diversas maneras.

Área
Tutoría, lengua.

Edad
A partir de 14 años.

Duración
Teatro leído: 4 sesiones de 60 minutos.
Teatro representado sin leer: dependerá de las sesiones dedicadas a los ensayos.

Derecho relacionado
--Del preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los párrafos primero y quinto, que hacen referencia al respeto a la dignidad de todos los miembros de la familia humana como fundamento de la libertad y la paz mundial.
--EL artículo 23 referente al derecho a un trabajo digno:
1. Toda persona tiene derecho al trabajo.
2. Todo el mundo tiene derecho a igual salario por igual trabajo.
3. Todo el mundo tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que asegure su dignidad y la de su familia.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a afiliarse para la defensa de los propios intereses.
>> documentos de las Naciones Unidas en formato HTML y PDF.

Objetivos
Familiarizarse con el concepto de conflicto y la manera de analizarlo.
Dar a conocer un  concepto de paz positivo para que las relaciones en cualquier nivel (individual, familiar, social, nacional, internacional) tengan como resultado la resolución no violenta de los conflictos y la justicia.

Preparación por parte del profesorado
--

Material o soporte
Texto de El Loco para representar, anexo 1.
Resumen de El Loco, anexo 2.
Nota sobre el autor, Alberto Manzi, anexo 3.

Metodología
Opción 1
4 sesiones de 60 minutos, si se hace teatro leído:
--1ª sesión: presentar la dinámica y contextualizarla.
Utilizar la información relativa al argumento general de la obra. Si se considera oportuno, utilizar también la información sobre su autor.
Comenzar a preparar la representación. Leer atentamente el fragmento de El Loco. Se puede hacer individual y silenciosamente, o en voz alta, entre todos.
Repartir las tareas: dirección, actrices y actores, escenógrafos (decorados y objetos), efectos sonoros, apuntador, elaboración de la introducción a la obra relacionándola con uno o más derechos humanos.
--2ª sesión: acabar de preparar la representación: ensayos.
--3ª sesión: representar el fragmento de la obra de teatro.
--4ª sesión: realizar la evaluación.

Opción 2
Si se quiere representar el fragmento sin leer los papeles, se necesitarán más sesiones para ensayar la dramatización.

Evaluación
- ¿De qué manera has vivido la situación presentada en el texto?
- ¿Qué sentimientos te ha despertado?
- ¿Crees que los conflictos se pueden resolver dialogando? ¿Por qué?
- ¿Has vivido alguna experiencia conflictiva? ¿Cómo se resolvió?

Continuidad o relación con otras actividades
Las otras actividades de este apartado de la Guía sobre expresión corporal y dramatización.

Elaboración del material
Grup d'Educació, Amnistia Internacional Catalunya.

Anexo 1. El Loco
Adaptación teatral de un fragmento de El Loco, de Alberto Manzi (a partir de la traducción al catalán de Jaume Fuster, publicada por La Galera el 1982)

Personajes (adaptado a un grupo clase de 30 alumnos): narrador, prefecto, político, la chica Beelzebub, 6 jóvenes, 5 soldados, el caporal, 6 mujeres, 6 hombres, El Loco, Nieves.
Nota: en el texto siguiente la población se llama primero San Sebastián y luego Tiuna; consultar el anexo 2 sobre el resumen de El Loco.

Narrador: Hacia tiempo que los hombres de la Compañía Minera estaban intentando conseguir las tierras comunales de San Sebastián para poderlas explotar. Pero hasta entonces no habían podido doblegar la voluntad de sus propietarios, la comunidad de vecinos. Fue entonces cuando el prefecto sugirió un nuevo plan de acción.

Prefecto: Si hacemos que se subleven contra el ejército, éste intervendrá para reprimir la rebelión. Los periodistas están preparados: se pueden hacer fotografías, incluso se puede filmar un documental si vuestra comisión lo considera oportuno.

Político: Estos no se rebelarán contra los soldados.

Prefecto: Las casas, señor, pensad en las casas. Las han pintado de colores vivos. Pues bien, hoy mismo el ejército recibirá la orden de pintar las paredes de blanco. Ya tengo la pintura necesaria. Con pocas casas será suficiente. No lo permitirán. Se rebelarán.

Político: ¿Y si no se rebelan?

Prefecto: Si se someten, querrá decir que aceptan nuestro poder.

Narrador: El plan era diabólicamente astuto. O rebelión abierta o sumisión. Empezaron por la plaza. Una escuadra de soldados se puso a enjalbegar la fachada de la primera casa de la derecha, otra escuadra la de la izquierda. Blancas, completamente blancas. Los colores vivos, las huellas de las manos en forma de sol desaparecieron bajo la uniformidad del blanco.
Al principio acudieron los niños, para mirar. Después las mujeres. Y finalmente los hombres. Estaba claro que querían destruir su trabajo. Estaba claro que querían volver las cosas a la situación anterior. El blanco anula los colores, el blanco mataba Tiuna.
Beelzebub llegó corriendo. Y con ella Rafael el Niño, Anita, José, Carlos, Jorge, Miguelito, Asunción.

Beelzebub: ¿Por qué quitáis los colores de las casas? Las casas son nuestras. ¿Vosotros, qué queréis?

Soldado 1: Nosotros hacemos lo que nos ordenan. Nos han dicho que enjalbegáramos las fachadas de las casas y lo hacemos. Si tenéis algo que decir, dirigíos al caporal.

Beelzebub (interponiéndose entre la pared y el soldado del pincel): Pero tú, mientras tanto, no pintes.

Narrador: Sus amigos la imitaron. Tenían miedo, es cierto, pero estaban dispuestos a luchar. A los hombres se les unieron los jóvenes. Y su actitud era amenazadora. Los soldados, jóvenes también, reclutados en pueblos lejanos, retrocedieron indecisos. No sabían qué hacer.

Caporal (en tono amenazador): Marchaos, marchaos, o si no...

Narrador: Hizo que dejasen los cubos en el suelo y que cogiesen los fusiles. Entonces intervinieron las mujeres. Cogieron a los hombres por los brazos y gritando, suplicando, los llevaron al centro de la plaza.

Mujer: Vamos, vamos casa. No os hagáis matar inútilmente. Una pared blanca o de colores siempre es una pared.

Beelzebub: Nuestras paredes son de colores. Las suyas son las que son blancas.
(Las mujeres mantienen a los hombres quietos en medio de la plaza. Arrimados a las paredes de las casas está el grupo de jóvenes)

Caporal (dirigiéndose a los jóvenes): ¡Apartaos!

Beelzebub (en tono amenazador): Intenta pintar y verás.

Caporal: A mi no me importa el color de vuestras casas. Y más todavía tenerlas que enjalbegar. Pero me han dicho que pinte y yo pinto.

Beelzebub: ¿Obedeces sin razones?

Caporal: ¿Quieres callar? Hago lo que me dicen; éste es el oficio de soldado.

Beelzebub: Exacto. Actuar sin razones. Eso es lo que quieren. Lo quieren también de nosotros. Pero nosotros hacemos lo que nos parece justo. Lo que tenemos derecho a hacer.

Soldado 2 (murmurando y mojando el pincel en un cubo): La chica tiene razón.

Caporal: Tal vez sí, pero a nosotros nos han mandado que enjalbeguemos y nosotros enjalbegamos, ¿entendido? Venga, adelante.

(Los soldados levantan los pinceles, pero sin convicción, indecisos)

Caporal: ¡Fuera! Marchaos o disparo.

Beelzebub (riendo, nerviosamente): ¡Vamos! Así enjalbegaras y harás agujeros, como un cretino.

Narrador: De la calle del fondo empezó a avanzar una patrulla. Fusiles a punto, con el seguro sacado. Un sargento, con la pistola en la mano, avanzaba al trote. El Loco fue más rápido. Llegó riendo, seguido por Nieves.

El Loco (gritando): ¡Bonito, bonito, juguemos, juguemos! ¡La pared nueva es más bonita!

(El Loco se para entre el caporal y Beelzebub)

Beelzebub: Apártate, Loco

El Loco: (cogiendo un pincel de las manos de un soldado hace una raya pasando por encima de Beelzebub, de Rafael, d'Anita, de José, de Carlos, de Asunción y después por encima de la pared)

(Nieves, riendo, lo imita haciendo otra raya en la pared)

El Loco (riendo y cogiendo la mano de un soldado que miraba sorprendido la escena, lo guía para hacer una tercera raya que pasa por encima de los cuerpos de los jóvenes y acaba en la pared): ¡Venga, vamos, pintemos, pintemos! ¡Venga, venga!... ¡Luz!... ¡Luz!... ¡A los soldados les gusta la luz! ¡Venga, venga!... ¡Luz!... ¡Luz!... ¡A los soldados les gusta la luz!... (Cantando y mojando el pincel)

(Beelzebub lo entiende y, seguida de los otros, se coloca de manera que la raya pueda continuar)

El Loco (llamando al caporal): ¡Venga amigo! Vamos, que ésta es la orden.

Narrador: El caporal sonrió. ¡Sí, era mejor así! No desobedecía y a la vez no molestaba a aquella pobre gente, que era igual que su propia pobre gente.
Y los soldados reían, y las personas colocadas al lado de las paredes aumentaban.
Así es que las paredes, ahora, dibujaban el contorno de los habitantes de Tiuna. Las paredes blancas y las imágenes de la gente coloreadas. Todos participaban tras El Loco y Nieves, mientras Beelzebub corría a coger los pinceles de doña Ida para que jugaran también los otros niños.
Incluso el alcalde se hizo enjalbegar, arrimado a la fachada del palacio del juez. Y su silueta quedó estampada al lado de la puerta.

Anexo 2. Resumen de El Loco
La historia ficticia que Alberto Manzi relata en El Loco está ambientada en el altiplano de los Andes y protagonizada por un pueblo, San Sebastián (1). Los habitantes de San Sebastián son campesinos y peones indios; los primeros trabajan las tierras comunales y los segundos en las minas de la Compañía Minera, propiedad de "blancos" que no viven en el pueblo. Los otros protagonistas "blancos" son las fuerzas vivas (el prefecto, el juez, el abogado, el cura) i algún tendero.

Cuando la Compañía Minera descubre que las tierras comunales son ricas en minerales, empiezan los conflictos. Primero, los representantes de la Compañía intentaran, con la colaboración de les fuerzas vivas, convencer a la gente del pueblo para que acepten una permuta de tierras, sin conseguirlo. Los habitantes de San Sebastián no quieren renunciar a las tierras comunales, ya que estas no sólo representan su medio de supervivencia, sino que son la herencia de sus antepasados y el símbolo de su forma de vida comunal.

Pero los representantes de la Compañía están decididos a conseguir, cueste lo que cueste, los terrenos comunales. Quieren los ricos minerales y les da igual que la tierra sea propiedad legal de la comunidad o el valor simbólico que tiene para los habitantes de San Sebastián su conservación. A partir de aquí, se iniciará una escalada de violencia hasta que la Compañía Minera, en un final muy triste, consigue sus objetivos: con el soporte de los políticos que vienen de la capital y que no quieren que la Compañía  tenga dificultades, y después de diferentes estrategias fallidas y actuaciones mafiosas, la intervención del ejército, bombardeando San Sebastián, hará que finalmente la Compañía pueda conseguir las tierras que codiciaba.

Pero todo el proceso por el que ha pasado la comunidad no habrá resultado estéril. San Sebastián era un pueblo de indios sumisos, que acataban sin cuestionarlas las normas que imponían las fuerzas vivas de la localidad (el juez, el cura...). La injusticia de que son objeto hará que reflexionen sobre su vida, sus valores, su dignidad. Y además este proceso de reflexión y crecimiento será, paradójicamente, resultado de la influencia de las personas más marginales de la localidad. Principalmente el Loco, un personaje que no se sabe de dónde ha venido ni cuál es su pasado, considerado loco a causa de su extraña conducta y de las cosas aparentemente incomprensibles que dice. El Loco enseñará a los habitantes de San Sebastián, a través de paradojas y reacciones inesperadas, "de loco", a enfrentarse a las provocaciones de los hombres de la Compañía Minera, evitando la violencia.

El Loco hará que la gente se dé cuenta de su propio valor, de su capacidad y de su dignidad, comenzando por la gente más poco valorada del pueblo, los cuales se convertirán en sus amigos y a la vez en las personas que serán capaces de dar vida a las ideas de El Loco. Como Beelzebub, una chica rebelde que se ha negado a seguir la tradición de casarse siendo una nena y sin poder elegir el marido (y que es a la vez temida y admirada a causa de su actitud), o Nieves, una chica enferma mental que hasta entonces había vivido siempre encerrada en casa porque sus padres se avergonzaban.

La narración, todo y acabar mal (como muchas historias reales) con el ataque devastador del ejército, en el cual mueren muchos habitantes de San Sebastián, deja también una puerta abierta a la esperanza, con la llegada de un nuevo personaje, un médico joven que viene de muy lejos, después de haberse enterado de lo que había pasado y con el deseo de ayudarlos.

(1) A lo largo del relato, la población donde pasan los hechos, San Sebastián, es bautizada de nuevo por sus habitantes como Tiuna (y así sale mencionada en el fragmento que se facilita para representar), mientras que los representantes del Gobierno y de la Compañía Minera le siguen llamando durante todo el relato San Sebastián, considerando que el cambio de nombre es un desafío a la autoridad.

Anexo 3. Nota sobre Alberto Manzi
Alberto Manzi (1924-1997), fue un conocido pedagogo, activista y escritor italiano. Además de sus actividades como pedagogo en Italia, viajó por diferentes países hispanoamericanos participando en campañas de alfabetización y en la creación de cooperativas agrícolas. Durante estos viajes pudo conocer de primera mano las duras condiciones de vida de muchas comunidades rurales. El Loco, publicado en 1979, es un relato ficticio, pero refleja hechos muy reales, reiterados y comunes en muchas zonas de América central y del sur: el trato prepotente y abusivo hacia las poblaciones indígenas por parte de grandes multinacionales, deseosas de explotar los recursos de las tierras que estas poblaciones ocupan y la fuerza de trabajo de sus ocupantes.

En Italia Alberto Manzi  colaboró también en diferentes iniciativas de alfabetización, participando en muchos programas de radio y televisión, demostrando una gran capacidad de comunicación. Su obra más conocida es Orzowei, ambientada en el África austral durante la guerra de los bóers (de esta obra se hizo una serie de televisión que tuvo una gran aceptación). A lo largo de su vida Alberto Manzi puso de manifiesto su preocupación por los grandes temas educativos: la libertad, la solidaridad, la violencia, el racismo...