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Una mujer india se sacrifica tirándose a la pira funeraria donde ardía su marido difunto
Reuters / El Mundo, 8-8-2002
La multitud asistente impidió a las autoridades que rescatasen a la anciana del fuego

Una mujer india de 65 años, Kuttu Bai, sacrificó el pasado martes su vida tirándose a la pira funeraria donde ardía el cuerpo de su esposo, al parecer ansiosa por respetar una antigua tradición que data de hace más de cuatro siglos, según ha informado la policía india.
Kuttu Bai se sentó tranquilamente en la pila ardiendo mientras una multitud de unas 1.000 personas le gritaba su apoyo y atacaba a dos policías que intentaron impedir a la mujer que llevara a cabo el "sati" o autoinmolación, considerado como el último acto de fidelidad hacia el esposo.

El subinspector Hari Shankar Ghosh ha declarado que el incidente tuvo lugar el pasado martes en la remota localidad de Tamoli Patna, en el estado central de Madhya Pradesh, a unos 415 kilómetros del estado principal, Bhopal. Ghosh relató que tuvo que abrirse paso entre la multitud de cerca de 1.000 personas que se congregaban en torno a la pira, luego asió a la anciana Kuttu y trató de empujarla fuera de las llamas.

Sin embargo, el policía afirmó que el público se enfrentó a él y a los otros agentes, lanzándoles piedras y golpeándoles, para impedirles rescatar a la mujer del fuego. "No está claro si la anciana se sacrificó voluntariamente o fue forzada a hacerlo", declaró Gosh.

Según el subinspector, los dos hijos de Kuttu Bai no intentaron impedir que su madre se quemara hasta morir. Ambos han sido arrestados junto a otras 15 personas bajo los cargos de haber forzado a la mujer a autoinmolarse. El "sati" era una costumbre común en alguas zonas del país hasta que fue prohibida por las leyes británicas durante la colonización de La India en 1829. La costumbre desapareció del conocimiento público hasta que, en 1987, una joven mujer del estado de Rajasthan se lanzó a la pira crematoria de su esposo muerto vestida con su ajuar de novia, mientras la contemplaba una audiencia de unas 5.000 personas.

El suceso ha renovado la polémica nacional sobre el "sati", cuyos orígenes se remontan a una costumbre del siglo XVI, por la cual las viudas de un clan de guerreros hindúes se suicidaban en masa cuando les llegaba la noticia de que sus esposos iban a ser ejecutados por el ejército de la tribu gobernante Mughal. Las mujeres preferían ser inmoladas antes que formar parte del harén Mughal.